La compañía de servicios petroleros Schlumberger despidió a sus trabajadores en Venezuela tras detener unos proyectos, afectada por la crisis en el país sudamericano, dijeron trabajadores y un líder sindical.
Por Alexandra Ulmer y Mircely Guanipa / Reuters
Los despidos, que van desde el occidental Lago de Maracaibo hasta la Faja del Orinoco -el mayor reservorio de crudo del mundo-, generaron protestas y aumentaron las preocupaciones sobre la alicaída producción del país OPEP.
Schlumberger dijo en abril que podría reducir sus actividades en Venezuela, que representaron menos del 5 por ciento de los ingresos consolidados de la compañía el año pasado, debido a los pagos insuficientes y a que no veía mejoras en el futuro.
"Salen de casi todos los trabajadores porque reducen operaciones y se culminan los contratos, que no van a renovar por la deuda de PDVSA", dijo un empleado de Schlumberger en la ciudad de Maturín, en el este del país, que pidió anonimato por no estar autorizado a declarar a los medios.
Schlumberger, con sede en Houston, declinó hacer comentarios. Por su parte, la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) no respondió a una solicitud de Reuters sobre el caso.
Iván Freites, un líder sindical y feroz crítico de PDVSA informó que unos 600 trabajadores están siendo despedidos en Maracaibo, la capital del estado petrolero Zulia, y estima que unos 2.000 quedarían cesantes a nivel nacional.
Aunque el número de trabajadores despedidos no quedó inmediatamente claro, ellos pasarían a engrosar la lista de desempleados en el país petrolero que enfrenta una inflación de tres dígitos, profunda recesión económica y una severa escasez.
Algunos trabajadores de Schlumberger protestaron el miércoles por los despidos en la calurosa Maracaibo.
Un trabajador de la Faja del Orinoco dijo que Schlumberger había reducido sus proyectos, y ahora está sólo participando en el proyecto Petropiar, una empresa conjunta entre PDVSA y la estadounidense Chevron, y Petromonagas, otra asociación entre PDVSA y el gigante petrolero ruso Rosneft.
PDVSA es un operador exclusivo de los vastos campos petroleros, y registra cuentas pendientes por pagar por miles de millones de dólares a proveedores de servicios como consecuencia de su falta de liquidez en medio de una profunda recesión.
Empresas de servicios petroleros como la estadounidense Halliburton Co dijo en abril que comenzaría a restringir sus actividades en Venezuela. La compañía también se negó a dar comentarios para esta nota.
El presidente de PDVSA, Eulogio Del Pino, dijo en junio que estaba cerca de llegar a acuerdos con Schlumberger para impulsar la producción, pero no dio mayores detalles.
La disminución de la presencia de Schlumberger se da en momentos en que la producción petrolera venezolana se ve afectada por la falta de repuestos, la fuga de profesionales, delincuencia y problemas de mantenimiento.
La producción de crudo de Venezuela cayó a unos 2,3 millones de barriles de petróleo por día (bpd) en junio de 2016, desde los 2,7 millones de barriles de bpd del mismo mes del año pasado, según datos proporcionados por la OPEP.
La reducción de las operaciones de Schlumberger y Halliburton podría abrir oportunidades a sus rivales.
Una fuente de Schlumberger dijo que algunos de los contratos que dejó la compañía podrían ser asumidos por una filial de PDVSA, así como por Bohai Drilling Service, una empresa de la china CNPC. Un funcionario de Bohai en Beijing declinó hacer comentarios, y CNPC no respondió a una solicitud de Reuters.
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