Los riesgos de un descenso brusco de la inflación en Venezuela

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El mal contrario a la inflación es la deflación, un flagelo económico que plantea retos de cuidado a las economías por distintas razones.

Banca y Negocios

La baja obligatoria de los precios aplicada a la economía venezolana conlleva el riesgo de llevar al país a un escenario de deflación. El presidente Nicolás Maduro ha exhortado a los técnicos del Banco Central de Venezuela a considerar los ajustes que se han realizado a nivel de puntos de venta con la participación de distintos organismos de regulación y fiscalización. El mandatario incluso adelantó que esperaba ver un índice inflacionario de -5% al mes de noviembre.

Sin embargo, su afirmación deja por fuera la ponderación que distintos rubros tienen sobre los cáculos del Índice Nacional de Precios. Es el caso de los alimentos, por ejemplo, que suman un peso muy superior como un componente del índice inflacionario que los electrodomésticos, en particular. Y respecto a los alimentos, más allá de los que mantienen controles de precios, no se han aplicado ajustes de precios a la baja ni tampoco medidas que contribuyan a atenuar la escasez.

Pero volviendo al riesgo de una deflación, este fenómeno es definido como la baja pronunciada y prolongada de los niveles de precios durante al menos dos semestres. Cuando se presenta, equivale a un estancamiento en la economía, como viene ocurriendo en Japón durante los últimos años. Una de sus causas principales suele ser la baja en la demanda de productos, lo que genera efectos negativos sobre las empresas, que se ven obligadas a bajar los precios para al menos cubrir sus costos operativos.

Actualmente, sin embargo, lejos de una caída en la demanda, la baja de precios generalizada que intenta aplicar el gobierno ha incrementado el consumo en gran medida. La pregunta que permanece en el ambiente apunta a la sostenibilidad que pueden tener en el tiempo los nuevos niveles de precios.

Este fin de semana las autoridades fiscalizaron los centros comerciales en todo el país, y consiguieron ajustar los cánones de arrendamiento que pagan los comerciantes que operan en sus instalaciones en un orden del 30%. El jefe del Órgano Superior de Defensa Popular de la Economía, general Hebert García Plaza, señaló que este ajuste a la baja en los alquileres de las tiendas debe reflejarse en la misma medida en los costos de los productos para el consumidor final, y mostró extrañeza ante los comercios que todavía no han procedido de este modo.

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