"La escasez induce a la rebelión y el desabastecimiento induce habituación. Eso lo vemos ahorita", "Estamos en el peor momento histórico de abastecimiento en Venezuela. La escasez es más de 40%",
ANGIE CONTRERAS C. , LUIS VICENTE LEÓN , PRESIDENTE DE DATANÁLISIS | EL UNIVERSAL
El panorama político, económico y social del país es incierto. A juicio de Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, esa es la peor condición, porque se generan mayores dificultades para planificar a futuro y construir escenarios.
Desde el punto de vista político señala que la convulsión social no permitirá recuperar la estabilidad durante este año, "lo cual no quiere decir que el Gobierno esté al borde del colapso, pero sí en problemas. No podrá controlar la situación en los próximos meses, lo cual generará más incertidumbre".
En el ámbito económico, León apunta que el Gobierno se debate entre el tipo de modelo "primitivo" que va a aplicar. "Mientras el mundo avanza en discusiones de tecnología y mejores prácticas productivas, aquí discutimos cómo la gente tendrá acceso a la comida o a los medicamentos. Con 100 dólares por barril tenemos una economía de guerra".
Afirma que el único escenario que no es viable es que el país se quedará sin alimentos, al menos no mientras haya ingresos por renta petrolera.
León señala que el Gobierno debe escoger si camina hacia un modelo marxista en el que el Estado controla los medios de producción; o escoge la senda del "corporativismo" y se sienta a negociar con privados.
-Económicamente hay incertidumbre porque se implementará un nuevo mecanismo para asignar divisas. ¿Qué esperar del Sicad II?
-El Sicad II es el maquillaje del programa de ajuste estructural. Si hay déficit fiscal tiene que reducir el gasto público; si hay exceso demanda debe controlar el consumo; si hay exceso de liquidez debe aplicar políticas monetarias restrictivas y aspirar dinero; si hay problema de producción debe aliarse con el sector privado y negociar los precios. Eso es un programa de ajuste estructural ortodoxo. No importa cómo lo llames, el Sicad II es una devaluación implícita del tipo de cambio. Solo devaluando no se resuelve el problema, pero es una medida indispensable para rescatar el equilibrio.
-Con el Sitme y el Sicad I no hubo resultados. ¿De qué manera sería efectivo el Sicad II?
-Si opera sin restricciones, sin bandas, si se permite que la moneda se mueva en función de la demanda y se establece un tipo de cambio por encima de Bs 40 por dólar. Si el tipo de cambio arranca por debajo Bs 40 es absolutamente imposible creer en la capacidad del Gobierno para sostenerlo. Por lo tanto, se mantiene la incertidumbre y la inestabilidad. Solo si el Gobierno es serio y permite que la moneda se desplace sobre el justo valor del mercado oxigenará la economía. Si comienza en Bs 20 ya sabes que es una manipulación, porque la demanda será infinita y la asignación será discrecional, y eso traerá más corrupción, más ineficiencia y está cantado el fracaso de ese mecanismo.
-¿A mediano plazo del Sicad II resolverá los problemas de la economía?
-No los resuelve pero los alivia. Con el precio alto vas a obtener contracción de la demanda de divisas; contracción de las importaciones; ajuste completo del consumo; incremento en los ingresos de Pdvsa; cierre del déficit fiscal y aspiración en la liquidez monetaria. Con eso las presiones de mercado para la inflación se reducen y diluye la deuda interna en dólares. El Sicad II bien aplicado es positivo en ese camino para los equilibrios económicos.
-Si es una nueva devaluación tendrá efectos sobre la inflación y la escasez.
-Toda devaluación implica desplazamiento de precios hacia arriba, por lo menos puntual. Sin embargo, la aplicación del Sicad II tiene un impacto moderado en comparación a las devaluaciones clásicas, porque el Gobierno no está devaluando 100% del mercado sino una parte minoritaria. Uno puede esperar que atienda 20% de las importaciones y no más de eso. Para quienes compraban en el merado paralelo van a recibir dólares a Bs 40 o 50 no hay un impacto equivalente en los costos, más bien hay una reducción en el costo de ese mecanismo. El Sicad II competiría con el mercado paralelo.
-Tomando el cuenta el comportamiento del Gobierno, ¿cree que está dispuesto a poner una tasa de cambio a Bs 40?
-Si no está dispuesto, y lo que va a hacer es crear un Sitme II, lo que va a tener es corrupción, ineficiencia, déficit fiscal, inflación y desabastecimiento y va directo al colapso.
- Usted afirma que el país no se va a quedar sin alimentos mientras haya ingreso, pero las señales del mercado parecen ser otras y el consumidor lo percibe.
-Eso se llama primitivización del mercado. Puedes meter ocho mil Sicad II y aplicar un modelo serio de ajustes estructural ya y sin embargo, vamos a pasar los próximos tres y seis meses en una crisis perversa en abastecimiento. Incluso haciendo lo correcto los próximos meses no tendrán mucha solución en términos de abastecimiento. Eso no significa que la gente va a ir pidiendo limosna. No es verdad. No es un problema de ingresos sino del tipo de cambio.
-Termina el primer trimestre del año y el Gobierno no ha asignado dólares al sector productivo. ¿Cuáles son las perspectivas del mercado?
-La crisis en su esplendor en los próximos meses. El Gobierno va a terminar siendo el importador de bienes esenciales. Habrá un mercado lleno de fallas, pero no es que no habrá nada. No habrá leche en los canales tradicionales pero quizás haya unos camiones de la Guardia Nacional vendiéndola en los barrios. Vendrá la comida en el avión.
-Pero en un país donde hay que hacer largas colas y las ventas cada vez son más limitadas ¿cómo la gente no va a creer que se va a quedar sin comida?
-Hay que separar escasez de desabastecimiento. Yo no estoy diciendo que no falta nada, faltan miles de cosas. Los inventarios están escasos. El Gobierno llevó esto a un punto absurdo e innecesario que vamos a pagar en los próximos meses. La situación es dramática y vamos a tener desabastecimiento severo. Pero de ahí a la escasez total no es verdad que va a pasar. Podemos esperar empeoramiento en los sistemas de distribución, fallas en los mercados y un Gobierno vendiendo comida en camiones en las esquinas y el mercado negro de alimentos y medicamentos que a florecer. Eso es lo que veremos en los próximos meses.
-El año pasado usted decía que el desabastecimiento era crítico pero no estaba a nivel de 2008, cuando se registró la mayor crisis. ¿Eso se mantiene?
-Es uno de los peores niveles históricos de abastecimiento en Venezuela. Está por encima de 40% el desabastecimiento de productos regulados alimenticios. En 2008 era por encima de 30%. Es desabastecimiento severo pero no escasez total.
-¿Cómo se enfrenta el consumidor a un desabastecimiento de esa magnitud?
-La conexión entre la política y la economía se da a través de la inflación y el desabastecimiento y la escasez. La escasez induce rebelión, el desabastecimiento induce habituación. En una democracia el deterioro económico es demoledor para el Gobierno, pero en una autocracia el deterioro económico no tumba un Gobierno. Genera convulsión pero no lo tumba porque hay habituación.
-La gente se acostumbró a las colas y a sustituir bienes por la escasez. ¿Cuál es el perfil de consumidor hoy?
-Habituado a una economía primitiva. Se acostumbró a visitar muchos más locales para comprar; sin fidelidad a las marcas; se anticipa a la escasez y al aumento de los precios por eso compra más de lo que necesita; se balancea entre mercados y buhoneros; se conecta en redes para ver dónde consigue los productos; le paga al muchacho del supermercado para que le guarde la leche. Está habituado.
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