El Sicad II se muestra ineficaz para contener el ascenso del billete verde. El dólar paralelo marca el precio de una amplia gama de productos y servicios porque es utilizado para calcular costos de reposición.
VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
El dólar ha acelerado su escalada en el mercado paralelo convirtiéndose en un factor de impulso para el precio de una amplia gama de productos, porque un número importante de empresas y comercios utilizan este indicador para calcular los costos de reposición.
La firma Síntesis Financiera explica en su informe El Tesorero que "la brecha entre la tasa Sicad II y el paralelo se amplió a 85,2% el viernes 12 de septiembre desde 73,4% el viernes 5 de septiembre. El precio del dólar en el paralelo subió 7%".
El salto del billete verde en el mercado no oficial necesitó que hubiesen más bolívares capaces de adquirir las divisas a este precio y las cifras oficiales registran que la principal fuente de liquidez es el financiamiento que el Banco Central le hace a las empresas públicas, en especial a Pdvsa.
A fin de que la principal empresa del país supere problemas de caja el Banco Central imprime bolívares para comprarle bonos. Cuando Pdvsa tiene los recursos los utiliza para cubrir compromisos como construcción de viviendas y pago a proveedores.
Luego, cuando los bolívares ingresan a la economía, una porción se dirige a la compra de dólares en el mercado paralelo o aumenta la presión inflacionaria, porque se trata de más billetes detrás de la misma cantidad de productos.
Solo entre el 27 de junio y el 25 de julio (última fecha disponible) el Banco Central le inyectó a Pdvsa 31 mil millones de bolívares, y a esto se añade un entorno donde el constante incremento de los precios lleva a las personas a adquirir dólares para proteger el patrimonio familiar, porque las tasas de interés para el ahorro no compensan la inflación.
Una mirada más amplia desnuda que en total el financiamiento del BCV a Pdvsa se ubica en 512 mil 537 millones de bolívares, unos 81 mil millones de dólares al tipo de cambio oficial y analistas coinciden en que es una de las principales causas de la inflación que registra un alza de 39% al cierre de agosto lo que se traduce en el mayor incremento de precios durante los primeros ocho meses desde 1997, es decir, en los últimos 18 años.
Pdvsa necesita que el Banco Central la financie porque tiene que cambiar el grueso de sus dólares al tipo de cambio oficial de 6,30 bolívares, que es artificialmente bajo. Además, vende petróleo a descuento a países aliados, no ha podido incrementar la producción y el precio del barril dejó de crecer.
Todo el sector público, del que Pdvsa forma parte, tiene un desequilibrio donde los gastos superan en más de 10% del PIB a los ingresos, por lo tanto, la impresión de bolívares por parte del Banco Central se ha convertido en una práctica constante para cuadrar las cuentas.
No funcionó
Para acabar con el dólar paralelo el Gobierno activó el Sicad I en marzo de 2013 y tras no obtener éxito creó el Sicad II en marzo de este año, pero no ha tenido éxito.
En el Sicad II las empresas y las personas naturales pueden adquirir divisas a un tipo de cambio de 49,9 bolívares por dólar, un más bajo que el del mercado paralelo, pero la oferta no satisface a la demanda.
Análisis de entidades financieras como Barclays indican que la negativa del Gobierno a permitir que el precio del dólar en el Sicad II se fije de acuerdo a la oferta y la demanda ha derivado en otro sistema de racionamiento de divisas.
La oferta está muy restringida. De acuerdo con el convenio cambiario número 28 Pdvsa no puede vender en el Sicad II los dólares que obtiene por exportaciones petroleras, tan solo los provenientes de las operaciones de financiamiento.
El Gobierno intenta no validar del todo al tipo de cambio del Sicad II ya que quiere que el dólar preferencial de 6,30 bolívares sea la principal referencia. Pero no tiene suficientes dólares para vender a este precio, de hecho, ha recortado los desembolsos al sector privado y las reservas líquidas en el BCV se ubican en torno a 2 mil millones de dólares.
El recorte en la entrega de dólares al sector privado golpea al sector industrial que no cuenta con suficientes divisas para importar insumos y materias primas.
El resultado es un clima recesivo en medio de una creciente inflación.
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