¿Es la subida del tipo de cambio paralelo una escalada especulativa o auténtico riesgo para el patrimonio de los venezolanos?
Redacción Banca y Negocios-
El mercado paralelo en Venezuela se ha transformado en un medidor de la escasez de divisas por los canales regulares. Es un índice sin control ni regulación, al que recurren como marcador quienes requieren de divisas de inmediato sin la posibilidad de acudir a los mecanismos lícitos.
Esta condición, aunada a un carácter mucho más volátil en sus cotizaciones, lo vuelve un elemento de carácter especulativo para la economía, con efectos inflacionarios en parte de los rubros del mercado que no se encuentran bajo regulación de precios ni reciben divisas oficiales para su producción. Cuenta además con componentes y efectos psicológicos, al ubicarse en forma casi automática como referencia del valor de los bienes, servicios, sueldos y salarios. Incide en particular en la subida de los inmuebles o vehículos, que además de ser bienes insuficientes para cubrir toda la demanda existente, se revalorizan en el tiempo.
Este efecto marcador, sin embargo, no debería registrarse de esta forma atendiendo al bajo volumen de operaciones del mercado paralelo. Se estima que concentra un porcentaje muy bajo del total de transacciones cambiarias que se realizan en el país, en una proporción que podría ubicarse debajo de 5% en forma permanente sin temor a equivocarse.
Recientemente el Banco Central de Venezuela comenzó a reportar el volumen de divisas liquidadas a diario entre Cencoex y Simadi, los dos sistemas cambiarios legales que se encuentran en funcionamiento, a la espera del reinicio de operaciones de Sicad unificado. Según los reportes del emisor, Simadi liquida menos de 2% del total de divisas diarias, mientras Cencoex entrega más del 98%.
El total, sin embargo, estimado cerca de los 50 millones de dólares por día, es insuficiente para los requerimientos totales del mercado. Pero aún bajo esta condición, un tipo de cambio ponderado, estimando el porcentaje de dólares que se entrega en cada modalidad, es el que debería regir sobre la economía local.
La responsabilidad del Ejecutivo está en la administración y dotación de recursos suficientes en los sistemas legales de liquidación de divisas. Garantizar el funcionamiento efectivo del Simadi, como principal alternativa ante el paralelo, sería la medida más importante para contrarrestar el aumento acelerado en la tasa del mercado negro.
A mediano plazo, se ha insistido en que la convergencia de tasas, para la posterior unificación y libre flotación del tipo de cambio es el rumbo de acción que garantizaría mayor estabilidad cambiaria al país.
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