Compradores aseguran que tras el negocio del cambio están capitalistas que importan mercancía y vendedores que buscan billetes nuevos. Las ventas de oro y divisas trepan por efectos de la crisis y la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente.
Yasmín Ojeda / laverdad.com / Fotos: Carlos Sosa
Los saltos en la cotización no oficial del dólar toca el nivel histórico de valor. El mercado paralelo que inició en la semana con un piso de 11 mil bolívares, ayer trepó sobre los 18 mil bolívares. Y desató un frenesí en las operaciones que elevó la agitación financiera en el casco central de Maracaibo.
En el casco central se amasan transacciones ante el escenario de venezolanos y extranjeros “desesperados por vender todo e irse del país. Desde que nombraron la constituyente, el dólar se disparó y la gente carga una desesperación”, asegura Luisa Méndez, comerciante de un negocio de compra de oro, plata, dólares, pesos colombinos y euros.
La movilidad de la clientela subió de un ofertante a un promedio de tres y cuatro al día con colocación predominante en dólares y oro. La divisa se mueve en banda de 12 mil bolívares, 15 mil y hasta 20 mil bolívares, dependiendo de la denominación. Con el metal los montos varían entre 250 mil bolívares a 350 mil bolívares, de acuerdo a la medida del quilate.
“El respaldo de las divisas proviene de viajeros y empresarios”, suelta Argenis Sánchez, operario. Explica que es por vendedores que se van del país a causa de la crisis y los comerciantes que trazan para importar mercancía o llevarse bolívares en billetes nuevos “porque se llevan menos bultos de marrones", billetes de 100 bolívares a la frontera para "la falsificación de dólares".
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Negocio improvisado
La negociación, fijada en mesas improvisadas en el casco central, retiene un precio por debajo de la cotización ilegal que impone la frontera. El capital para responder a la compra de dólares y metales preciosos proviene del comercio, que es el mismo que luego sale a ofertar las divisas a los importadores. “Nosotros lo que hacemos es retenerlos para ganar una comisión. Ponemos un precio (intermedio) para cuando vaya a subir o bajar no perjudique” los márgenes de ganancias en las transacciones, destaca Sánchez. Andrés Gutiérrez, operador en otra mesa ubicada al frente del mercado Las Pulgas, justifica el servicio de funcionar como casa de cambio porque “la gente está vendiendo todo” para soportar la subida de precios de alimentos. Considera que sin ese mecanismo de defensa económica “nos vamos a morir de hambre”. La divisa que logra tranzar retorna en “sandalias y cotizas”. La crisis tocó hasta las filas de quienes están en el poder. Lo más asombroso comprado en estos últimos días y que marca un repunte, son los anillos de oro de militares. “Los guardias (nacionales) venden los anillos de oro, cadenas”.Twittear |