La petrolera estatal saudí Aramco desplazó el miércoles a Apple como la compañía que cotiza en bolsa más valiosa en el mundo, luego de que sus acciones debutaron en la bolsa de valores saudí como parte de un ambicioso plan de alejarse de los combustibles fósiles de los que depende la economía del país.
Por AYA BATRAWY / AP
Las acciones se dispararon un 10% gracias a una racha alcista, por lo que el valor nominal de Aramco subió a 1,88 billones de dólares. El 1,5% de la compañía que comenzó a listarse en la bolsa recaudó 25.600 millones de dólares, una cantidad récord para una Oferta Pública Inicial. Al cierre del martes en Estados Unidos, Apple estaba valorada en 1,19 billones de dólares. A pesar del éxito de la venta, la decisión del reino de no ofrecer la compañía en un mercado extranjero más amplio refleja la preocupación de que surgiría una emisión de acciones global. Vender las acciones afuera de Arabia Saudí expondría a la compañía a normas más estrictas de divulgación y a leyes extranjeras, en un momento en que el país está bajo escrutinio por su participación en los conflictos regionales, así como por el asesinato de un periodista disidente. “Una oferta local saudí significa, en todos los sentidos, contar con un público amigable de inversionistas saudíes”, dijo Gianna Bern, autora de “Invertir en energía” y académica en la Universidad de Notre Dame. Agregó que la verdadera prueba para Aramco será una oferta global, en otra jurisdicción, como Londres o Asia. Sin embargo, Aramco dijo que no venderá más acciones en por lo menos otro año. Las acciones vendidas del miércoles se colocaron principalmente entre inversores de la región: una participación del 0,5% a particulares de los estados árabes del Golfo y el 1% restante a inversionistas institucionales. Sólo ciudadanos saudíes, residentes en el país o ciudadanos de estados de Golfo Pérsico pueden comprar acciones de la petrolera a título personal. El príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, tiene previsto emplear los fondos recaudados con la venta de una parte de la joya de la corona del reino para diversificar la economía y financiar grandes proyectos nacionales que creen empleo para los millones de jóvenes saudíes que se incorporan al mercado laboral. Inicialmente, bin Salman aspiraba a una valoración de unos 2 billones de dólares para Aramco y a la venta de un 5% de la empresa _ en un mercado internacional además de en el saudí _ lo que habría supuesto una recaudación de 100.000 millones de dólares. En cambio, posibles compradores fuera de Arabia Saudí consideraban que la valoración de 2 billones era demasiado elevada. Con las ganancias cosechadas en Tadawul y un fuerte apoyo local, la petrolera podría alcanzar esa cifra en las operaciones en la bolsa. Para animar a los ciudadanos saudíes a comprar y mantener los títulos de Aramco, la empresa anunció que pagará un dividendo de al menos 75.000 millones de dólares en 2020. Los inversionistas particulares que conserven sus acciones durante seis meses desde el primer día de cotización pueden recibir hasta 100 participaciones extra, o una por cada 10 que mantengan. La empresa tiene el derecho exclusivo para explotar y vender las reservas de energía del reino. Se fundó en 1933 con la estadounidense Standard Oil y el estado saudí se hizo con su plena propiedad en 1980.
Las acciones se dispararon un 10% gracias a una racha alcista, por lo que el valor nominal de Aramco subió a 1,88 billones de dólares. El 1,5% de la compañía que comenzó a listarse en la bolsa recaudó 25.600 millones de dólares, una cantidad récord para una Oferta Pública Inicial. Al cierre del martes en Estados Unidos, Apple estaba valorada en 1,19 billones de dólares. A pesar del éxito de la venta, la decisión del reino de no ofrecer la compañía en un mercado extranjero más amplio refleja la preocupación de que surgiría una emisión de acciones global. Vender las acciones afuera de Arabia Saudí expondría a la compañía a normas más estrictas de divulgación y a leyes extranjeras, en un momento en que el país está bajo escrutinio por su participación en los conflictos regionales, así como por el asesinato de un periodista disidente. “Una oferta local saudí significa, en todos los sentidos, contar con un público amigable de inversionistas saudíes”, dijo Gianna Bern, autora de “Invertir en energía” y académica en la Universidad de Notre Dame. Agregó que la verdadera prueba para Aramco será una oferta global, en otra jurisdicción, como Londres o Asia. Sin embargo, Aramco dijo que no venderá más acciones en por lo menos otro año. Las acciones vendidas del miércoles se colocaron principalmente entre inversores de la región: una participación del 0,5% a particulares de los estados árabes del Golfo y el 1% restante a inversionistas institucionales. Sólo ciudadanos saudíes, residentes en el país o ciudadanos de estados de Golfo Pérsico pueden comprar acciones de la petrolera a título personal. El príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, tiene previsto emplear los fondos recaudados con la venta de una parte de la joya de la corona del reino para diversificar la economía y financiar grandes proyectos nacionales que creen empleo para los millones de jóvenes saudíes que se incorporan al mercado laboral. Inicialmente, bin Salman aspiraba a una valoración de unos 2 billones de dólares para Aramco y a la venta de un 5% de la empresa _ en un mercado internacional además de en el saudí _ lo que habría supuesto una recaudación de 100.000 millones de dólares. En cambio, posibles compradores fuera de Arabia Saudí consideraban que la valoración de 2 billones era demasiado elevada. Con las ganancias cosechadas en Tadawul y un fuerte apoyo local, la petrolera podría alcanzar esa cifra en las operaciones en la bolsa. Para animar a los ciudadanos saudíes a comprar y mantener los títulos de Aramco, la empresa anunció que pagará un dividendo de al menos 75.000 millones de dólares en 2020. Los inversionistas particulares que conserven sus acciones durante seis meses desde el primer día de cotización pueden recibir hasta 100 participaciones extra, o una por cada 10 que mantengan. La empresa tiene el derecho exclusivo para explotar y vender las reservas de energía del reino. Se fundó en 1933 con la estadounidense Standard Oil y el estado saudí se hizo con su plena propiedad en 1980.
Twittear |