El crecimiento del PIB podría cerrar 2013 con un magro 0,4 por ciento, según consultoras privadas locales. Control cambiario, alta inflación y un sector productivo paralizado amenzan al modelo bolivariano. El ala dura del gobierno se resiste a las reformas
EFE /
Infobae
Los venezolanos están luchando contra un aluvión de problemas, con niveles récord de inflación y escasez. Pero lo que más preocupa son los controles de precios y moneda, los que, junto con problemas en la industria petrolera, han generado una escasez de moneda extranjera de la que depende la economía basada en la importación.
Después de casi cuatro meses en el gobierno, el presidente Nicolás Maduro se esfuerza por modificar el crecimiento económico, que podría desacelerarse hasta alcanzar un 0,4% este año o, incluso, llegar hasta una recesión, según los datos de Ecoanalítica, una consultora local.
“Maduro heredó una situación terrible, un verdadero Triángulo de las Bermudas de problemas”, afirmó Luis Vicente León, un encuestador y economista, en referencia a un trío ruinoso de controles de precios, escasez de dólares y un sector de producción paralizado.
Sin embargo, según los analistas Maduro reconoce la necesidad de reformas. “Tiene una estrategia pragmática y ha leído correctamente el escenario posterior a Chávez. Una vez que pase esta etapa difícil, debe profundizar la transición”, sostiene Maryclen Stelling, socióloga oficialista, según publica el diario Financial Times.
En este sentido, Maduro enfrenta una fuerte resistencia en el ala más radical de su gobierno socialista, que según Stelling teme un “giro a la derecha”.
Esto a pesar de que parte del gobierno parece estar de acuerdo con los posibles cambios. “Entiendo y comparto la ideología, pero los más dogmáticos tienen que entender que si estamos hasta el cuello necesitamos llevar adelante algunas reformas”, afirmó un funcionario de la administración.
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