En los últimos 12 meses, el precio de la divisa no oficial se duplicó. Expertos advierten que pronto podría cotizarse por encima de 100 bolívares.
Banca y Negocios
“Vamos a pulverizar el dólar paralelo”. Esa fue la promesa que hizo Rafael Ramírez en noviembre de 2013, cuando todavía era vicepresidente del Área Económica y presidente de Pdvsa. La divisa no oficial se cotizaba entonces en 60 bolívares. Hoy, 10 meses después, el precio ha subido en casi 40 bolívares y no da señales de detenerse.
La fórmula con la que el gobierno pretendía derrotar al dólar paralelo –que “distorsionaba la economía”, según Ramírez– fue aplicada a partir de marzo de este año. Así nació el Sistema Cambiario Alternativo de Divisas, Sicad II, con la expectativa de que funcionara como el extinto mercado permuta que operó hasta 2010.
El comienzo fue prometedor: las divisas empezaron a cotizarse en 51 bolívares dentro del mecanismo y el efecto sobre el tipo de cambio no oficial fue una reducción de aproximadamente 20 bolívares (de 84 bolívares a 67 bolívares en promedio).
El alivio, sin embargo, fue temporal. Ahora, cuando el paralelo se cotiza por encima de 95 bolívares por dólar, el sistema parece haber perdido la batalla.
“Hay un estancamiento en el Sicad II. Agosto fue un mes en el que cayó bastante la liquidación de divisas para este esquema, y eso por supuesto contribuye a la presión en materia cambiaria”, explicó Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica.
Los datos de la firma indican que en los primeros tres meses de funcionamiento –abril, mayo y junio– el Sicad II entregó un promedio de 900 millones de dólares al mes en días hábiles. Esa cantidad bajó en julio a 700 millones de dólares y en agosto registró una contracción más drástica: cerró en 500 millones de dólares, aproximadamente. Esto implica un descenso de 44%. Oliveros agregó que esta caída responde a las propias limitaciones del sistema. La oferta pública, sobre todo de Pdvsa, no ha podido crecer. “Pdvsa no puede vender divisas provenientes de la exportación, sino las derivadas de operaciones de inversión. Eso limita mucho el mecanismo porque el grueso de los dólares que recibe la estatal vienen de la exportación de petróleo”, dijo.
En cuanto a la oferta privada, explicó que los oferentes han perdido incentivos para vender dólares a través del Sicad II. Al principio, cuando la brecha entre Sicad II y el mercado paralelo era relativamente baja, el sistema era atractivo porque ofrecía una posibilidad legal de vender divisas a una tasa relativamente competitiva. Sin embargo, a medida que se alejan los tipos de cambio –actualmente tienen más de 40 bolívares de diferencia– el incentivo se desvanece.
“Sicad II terminó siendo un sistema rígido, con una tasa de muy baja variación y oferta insuficiente de divisas”, afirmó a El Nacional Anabella Abadi, analista de ODH Grupo Consultor.
Expectativas
En los últimos 12 meses han imperado 3 mecanismos de asignación de divisas y el precio del mercado paralelo se ha duplicado; y seguirá subiendo. “Dado a que la oferta oficial de divisas del gobierno ha estado cada vez más limitada, empresas y particulares las han buscado en el mercado paralelo, lo que impulsado al alza el llamado dólar negro”, resumió Abadi.
Oliveros señaló que el principal factor que presiona el dólar negro –y que lo ha venido haciendo en los últimos tres años– es el desequilibrio monetario. “Toda la estructura de financiamiento desde el Banco Central de Venezuela hacia las empresas públicas hace que tengas una presión adicional de bolívares –aumento de la liquidez– que no se canaliza hacia los bienes y servicios, sino a través del mercado paralelo. Eso se está reflejando en el tipo de cambio”, dijo.
Los particulares utilizan la compra de divisas como mecanismo para resguardar sus ahorros de la inflación, que se mantendrá en ascenso. “Las malas perspectivas económicas de Venezuela para los próximos meses y años han generado más presiones a la demanda de divisas, impulsando aún más el dólar paralelo”, añadió Abadi.
Otro problema es la postergación de los ajustes económicos. “En la medida que el Ejecutivo no resuelva todos los desequilibrios, yo creo que el precio de 100 bolívares se va a quedar corto. La escalada en el tipo de cambio no se va a detener, ya que es el único precio que se mueve entre oferta y demanda y es el que recoge los desequilibrios. Es una expresión de la inacción del gobierno en la toma de decisiones económicas”, sostuvo Oliveros.
Abadi coincidió: “La realidad es que mientras el gobierno continúe posponiendo las decisiones sobre los ajustes en el sistema cambiario, las distorsiones y problemas seguirán aumentando y será cada vez más difícil pulverizar el dólar paralelo”.
La incertidumbre también trabaja en contra de la estabilización de precios en el mercado libre de divisas. Oliveros destacó que no hay claridad de quién conduce la política económica. Para él, el gabinete económico se ha convertido en una estructura acéfala, y eso genera incertidumbre: “Alimenta el dólar paralelo”.
Precios inflados
Para quienes se sientes ajenos a la realidad del dólar paralelo, es necesario recordar que el aumento de la divisa no oficial se traduce en algo que padecen todos por igual: inflación. “Hay una gran cantidad de rubros que no están en una estructura regulatoria muy rígida y que se mueven bajo el tipo de cambio paralelo: alquileres, restaurantes y hoteles, tecnología, vestido y calzado, equipamiento del hogar, esparcimiento y cultura son componentes de la inflación”, detalló el economista Asdrúbal Oliveros.
El alza en la cotización del dólar paralelo también destruye la estructura de precios relativos. “Los tipos de cambio fijo que no se ajustan a la realidad del mercado hacen que cada día resulte más barato importar que producir localmente”, señaló la analista Anabella Abadi.
Ambos expertos coinciden en que si el precio de la divisa en el mercado paralelo continúa deslizándose se le va a hacer más difícil al gobierno estabilizar la economía.
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