El miembro de Cedice dijo que en el país se debe debatir sobre la necesidad de tener una moneda más fuerte
María Fernanda Sojo / El Nacional
Sustituir la moneda nacional por la estadounidense para todas las transacciones que se hacen en el país es una manera de democratizar el dinero, de quitárselo al Estado y darlo a los ciudadanos, y en Venezuela el proceso puede tomarse apenas dos semanas, afirmó José Luis Cordeiro, miembro del Comité Académico del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad.
En el foro ¿Ha llegado el momento de dolarizar?, organizado por Cedice, Cordeiro expresó que es necesario que se insista en la posibilidad de cambiar la moneda como una alternativa para el país a propósito de los indicadores actuales: “Venezuela se ha empobrecido de una manera inimaginable en los últimos años. Se puede ver en los índices de inflación en el mundo. Incluso naciones en guerra no tienen la hiperinflación que hay en el país”. Hay que transitar hacia una moneda más fuerte, reiteró.
Dijo que en el país sí hay los dólares necesarios para llevar adelante el proceso. Casos como el de Ecuador dejan claro que con las reservas internacionales líquidas que tiene Venezuela se puede dolarizar la economía. “Se necesitan máximo 5 millardos de dólares para dolarizar al país. Aquí hay dólares bien habidos de los venezolanos y las compañías también tienen dinero”, expresó.
Señaló que de hacerlo la tasa de cambio pudiera ser similar a la del dólar implícito —que resulta de dividir la liquidez monetaria entre las reservas internacionales—, es decir, 110 bolívares por dólar. Indicó que en estos momentos la tasa es irrelevante y descartó que sea como la del dólar paralelo.
Moneda confiable. Víctor Maldonado, director de la Cámara de Comercio de Caracas, rechazó que con la dolarización se vulnere la soberanía. Añadió que serviría para disminuir la inflación porque se le quitaría al Banco Central de Venezuela la posibilidad de emitir dinero sin respaldo en reservas para financiar el déficit, lo que ha acelerado la variación en los precios de bienes y servicios. “Emitir billetes sin respaldo es la verdadera máquina de hacer pobres mediante la confiscación de los derechos de propiedad”, aseveró.
Señaló que se eliminaría la posibilidad de devaluar la moneda por una medida del gobierno y que se acabarían las distorsiones que surgen por el control cambiario con tres tasas oficiales.
Dora de Ampuero, presidente del Instituto Ecuatoriano de Economía Política y promotora de la dolarización en Ecuador, presente en el evento, refirió que en Venezuela las condiciones actuales son similares a las de Ecuador en 2000, cuando migraron a la moneda estadounidense.
“En Ecuador la gente estaba muy preocupada porque las políticas del gobierno generaron que tuviéramos una inflación de 60%, una devaluación de más de 300%. Las madres de familia tenían que pagar más para poder adquirir los productos. En las casas de cambio nos volvían locos. Teníamos que poner más sucres para recibir dólares”, recordó.
Y el gran beneficio de dolarizar la economía de su país fue que se le dio confianza a la población, dijo. “El sentimiento de confianza que da tener una moneda fuerte es increíble. Nunca dijimos que la dolarización iba a resolver todos los problemas. Pero después de 15 años los beneficios son muy importantes. Nosotros estamos en la parte más baja de los índices de miseria”.
Miguel Dávila, ex gerente general del Banco Central de Ecuador, indicó que en Venezuela ya existe una dolarización informal, que a pesar de que los productos se pagan con bolívares el precio del dólar sirve como referencia para poner precios.
Añadió que es normal que el proceso genere reacción y diferencias entre economistas, políticos y sociedad civil, pero insistió en que en Ecuador tuvieron que enfrentarse con muchos inconvenientes, y lo lograron.
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