Robert Kiyosaki es la estrella de los libros de autoayuda financiera y su éxito editorial ‘Padre rico, padre pobre’ lleva casi veinte años cosechando nuevos adeptos. Ahora él mismo terminó convertido en un éxito financiero construido alrededor de la filosofía para hacerse rico y la educación financiera.
Banca y Negocios
The Rich Dad es una de las principales compañías en manos de Kiyosaki, cuya fortuna está avaluada en 80 millones de dólares por Celebrity Network. La firma comercializa decenas de libros, no solo los que ha escrito Kiyosaki sobre cómo opera el dinero y cómo los ricos aprovechan las oportunidades, sino también los de su esposa Kim Kiyosaki dirigidos a mujeres que buscan hacerse ricas, y dos escritos con apoyo de Donald Trump sobre cómo convertir todo lo que tocas en oro y por qué deberías ser rico. También hay libros de varios más de sus colaboradores sobre inversión en acciones, emprendimiento y hasta cómo pagar menos impuestos, reseñó Dinero.com.
No es lo único. Rich Dad tiene claro que el negocio no está en textos impresos y en torno a las ideas del ‘Padre rico’ tiene montada una oferta de conferencias, audiolibros, cursos y hasta juegos de mesa sobre ‘el flujo del dinero’. Las conferencias de Kiyosaki, su esposa y sus colaboradores, los han llevado de gira por varias ciudades en el mundo.
Para sumar nuevos miembros a una red que ya tiene 1,5 millones de personas registradas en su página, la firma entrega algunos contenidos gratuitos. Esta oferta incluye sesiones de webinar, streamings, un blog semanal donde terminan ofreciendo otros productos y un programa de radio cada semana. Solo en Facebook la página personal de Kiyosaki tiene 3,2 millones de seguidores, el triple de lo que tiene el presidente colombiano Juan Manuel Santos para dar un ejemplo.
Las enseñanzas de Kiyosaki son seguidas por personas de orígenes muy diversos y negocios muy distintos. Desarrolladores de redes de mercadeo, empleados cansados de sus trabajos, emprendedores y pequeños inversionistas. También tiene un gran nicho de seguidores entre quienes están buscando un flujo adicional de dinero para sus familias que complemente el trabajo.
El lado oscuro de Kiyosaki
Mientras la mayoría de figuras públicas en Estados Unidos están tratando de hacerle ‘el quite’ a su relación con Donald Trump, Kiyosaki sigue alardeando de ella e incluso apoyando al magnate en algunas de sus posturas como la de no revelar su declaración de renta.
“Esta es la razón por la que es ridículo por parte de Hillary (Clinton) criticar a Donald (Trump) por no pagar impuestos. La única forma en que él no pagaría impuestos sería haciendo cosas como invertir y crear trabajos para recibir los beneficios tributarios ¡creados por el gobierno!. Visto de otra manera el hecho de que Hillary y Bill pagaran una tasa de tributación del 35% y millones en impuestos muestra que ellos no están haciendo lo que el gobierno quiere. No están creando empleos, iniciando negocios o invirtiendo en una forma significativa”, escribió en una entrada reciente de su blog
Muchos sus opositores del autor lo califican como deshonesto, egoísta, materialista y promotor de comportamientos económicamente riesgosos. Algunos de ellos lo califican como promotor del dinero fácil.
Abiertamente Kiyosaki dice que ahorrar no sirve para nada, que mantener un trabajo normal no nos hará millonarios, que es mejor aprovechar el código tributario al máximo para obtener beneficios y que el objetivo en la vida es conseguir dinero en grandes cantidades. Incluso ha sostenido ideas tan polémicas como que no hay que luchar contra la desigualdad y la injusticia sino aprovecharse de ellas en favor de uno mismo. Este hombre no teme para nada alardear de su fortuna porque hacerlo es parte de su atractivo ya que sus seguidores aspiran a convertirse en alguien como él.
Kiyosaki, igual que Trump, se ha declarado en quiebra en algunas oportunidades como una jugada financiera para potencializar sus negocios. Antes de 2012 una parte de los negocios del millonario estaba en Rich Global LLC pero ese año la firma dijo que no tenía cómo asumir sus obligaciones y se declaró en bancarrota sin que Kiyosaki pusiera de su bolsillo para salvarla. La buena noticia es que la mayoría de los negocios ya estaban en Rich Dad Co para esa fecha.
“Hubo un tiempo en el que las familias de clase media podían contar con su arduo trabajo y el juego limpio como la mejor manera de mantenerse a flote económicamente. Pero hoy en día, las cosas han cambiado. Hoy el juego es distinto y las reglas son otras”, asegura Kiyosaki.
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