Ante el alza de los precios, algunos representantes han optado por reciclar cuadernos e intercambiar libros usados. Otros han decidido enviar a sus niños a clases con las listas incompletas, mientras consiguen más dinero
Por MARÍA FERNANDA SOJO / EL-NACIONAL.COM
Apoyado en la vitrina de una librería en el centro de Caracas, Leonardo Campos pregunta por precios de materiales escolares y los anota en una lista que lo acompaña. Intenta ver dónde consigue montos más bajos, pues su hija de 6 años de edad comenzará clases en apenas dos semanas y aun le falta adquirir la mitad de los materiales que le piden.
“Acabo de cobrar la quincena y salí a ver dónde están las cosas más económicas. Cada vez que me depositan lo hago, pero qué va; en un negocio es más caro que en el otro. Esta situación es muy difícil. Nunca antes me había costado tanto completarle su lista de útiles”, dice.
Las palabras de Campos las comparten otros padres y representantes que están en la librería. Todos se quejan de los precios, del aumento que ha habido en el último año y de lo poco que alcanza el dinero que cobran luego de un mes de trabajo.
Aunque todo depende del comercio que se visite, completar la lista de materiales escolares para un alumno de primaria puede superar los 300.000 bolívares y si se suma el monto que se debe pagar por uniformes y morral, el monto fácilmente asciende a 1 millón de bolívares. Una cifra bastante alta considerando que el ingreso mínimo de un trabajador (salario y bono) apenas es de 250.000 bolívares.
En comparación con septiembre del año pasado, los útiles y uniformes han aumentado más de 80%. El año pasado por los mismos productos se debía pagar poco más de 120.000 bolívares.
En el caso de los útiles escolares, entre los que más han aumentado de precio están las libretas de una materia. El año pasado se conseguían en 900 bolívares, mientras que ahora cuestan entre 13.000 y 20.000, dependiendo de la marca. La variación en el caso de los colores también es notoria. Una caja de 24 unidades, que en 2016 se compraba con 4.800 bolívares, ahora se vende en 34.000 bolívares.
La resma de papel es otro de los productos que escapa de los presupuestos. Mientras en 2016 se conseguía máximo en 5.000 bolívares, ahora oscila entre 70.000 y 90.000.
“Lo que nos dicen los proveedores es que todo sube porque la mayoría de los insumos son importados. Cada vez que llega un pedido nuevo, también viene un precio nuevo”, dijo Marisol Reyes, encargada de una librería en la avenida Universidad.
Los padres coincidieron en que cada vez es más costoso comprar libros. “Para mi hija menor, que va a tercer grado, me tocó comprar un libro de seis materias en 56.000 bolívares, y para mi hijo mayor, que pasó a noveno, compré ocho libros por 210.000 bolívares. Tuve que terminar de gastar las tarjetas de crédito”, dijo Valeria Rodríguez, mientras recorría librerías en Los Ruices.
Para vestirse. Rodríguez agregó que este año no va a tener que gastar tanto en uniformes, porque sus hijos heredaron ropa de unos primos que se fueron del país. Sin embargo, deberá comprar los zapatos que han subido mucho de precio.
En comercios del centro y este de Caracas por una camisa se debe pagar entre 26.000 y 40.000 bolívares. El año pasado cada una costaba alrededor de 4.500 bolívares. Mientras que un mono, que costaba en 2016 cerca de 5.000 bolívares, ahora hay que erogar 60.000 bolívares.
En el caso de los zapatos deportivos, oscilan entre 180.000 y 400.000 dependiendo la marca, y los escolares se encuentran desde 100.000 bolívares hasta 250.000.
“Como todo está tan caro ya la gente no compra como antes. Se llevan dos o tres camisas; en ocasiones anteriores se llevaban hasta seis unidades. Entendemos que todo es costoso, porque también lo padecemos”, dijo una vendedora de una tienda en Chacao.
En las ferias escolares los precios no varían mucho. En el puente de la avenida Fuerzas Armadas, las chemisse para niños cuestan 35.000 bolívares y los delantales ascienden a 12.000 bolívares.
Ingenio y solidaridad. Ante el elevado precio de los útiles y uniformes, algunas madres han decidido enviar a sus hijos a clases con los materiales incompletos, mientras reúnen dinero para comprar lo que les falta. Otras han optado por reciclar hojas de cuadernos de años anteriores.
“Yo no voy a poder comprar papel contac de dibujos; el metro me cuesta 14.000 bolívares. Lo que voy a hacer es comprar pliegos de papel de regalo y papel contac transparente y con eso forraré los útiles”, dijo Alexandra Blanco.
En algunos colegios han estado organizando intercambios de libros usados. La idea es que cada padre lleve el libro que ya su hijo no vaya a usar y se lleve otro que necesite.
En alcaldías y gobernaciones también recolectan libros, para donarlos. Hasta hoy a las 4:00 pm funcionará en la plaza Los Palos Grandes, en Chacao, un centro de acopio para recolectar materiales que ayuden a los niños más afectados. Desde hace dos semanas el concejal Diego Scharifker pidió apoyo con la campaña “Échame una mano por Venezuela”.
Sundde fiscalizó comercios
Fiscales de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos han estado inspeccionando negocios en los que venden útiles escolares, para verificar que los comerciantes cumplan con lo establecido en la Ley de Precios Justos.
Aún así los montos que deben pagar los padres son exorbitantes.“Estamos inspeccionando para ver cómo están los precios, para detectar si hay alguien que esté obteniendo ganancias por encima de 30%. Si encontramos algún sobreprecio mandamos a ajustar el monto en el sistema y en seguida realizamos una venta supervisada”, precisó María Elena Pérez, una de las fiscales que estaba el jueves en una librería en la avenida Universidad, en el centro de Caracas. Según una nota de prensa de la Sundde, en los comercios inspeccionados se aplicarán sanciones que van desde 5.000 hasta 20.000 unidades tributarias.
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