La ex presidenta de Consecomercio, Cipriana Ramos, alertó que los comercios que recibieron petros en diciembre van a quedar sin liquidez con la cancelación de los consumos en el criptoactivo gubernamental y, en función del tamaño de la deuda, algunos incluso pueden ir a la quiebra.
Armando J. Pernía / bancaynegocios.com
Definitivamente, afirma que «esta situación quiebra cualquier posibilidad de tener confianza en la utilización del petro. La dirigente gremial, en declaraciones a Banca y Negocios, señala que la red de más de 7.000 comercios que aceptó pagos en petros está severamente afectada, porque no recibe pagos desde que el sistema de Biopago del Banco de Venezuela entró en mantenimiento, luego que, al principio, las liquidaciones se hacían en bolívares y a las 24 horas del consumo. «Hay que que preguntarse cuál era el tipo de cambio cuando el banco dejó de liquidar los consumos y cuál será el de este lunes, cuando, se dice, se reactivará la plataforma. El comerciante va a tener que asumir una fuerte pérdida cambiaria«, indica Ramos, quien además hace hincapié en las dificultades de cambiar el criptoactivo gubernamental en bolívares. «Esto es muy simple; cuando el comerciante recibía bolívares, se volteaba y pagaba a sus proveedores, compraba dólares para traer productos e insumos, pagaba sus servicios y sus impuestos. Cuando dejan de pagar, tiene que dejar de cancelar todo eso, porque se queda sin liquidez. El comercio no tiene capacidad para financiar este desface, porque las ventas han caído fuertemente, como todos saben, y por lo tanto sus flujos de caja son críticos«, explica la ex titular del gremio de comercio y servicios. Y advierte que, en función del tamaño de la existencia de productos que los comercios que aceptaron petros comprometieron, es posible que «no puedan recuperarse, porque no tienen cómo reponer mercancía«. Sin inventarios Ante la evidencia empírica de que el comercio no ha comenzado el año con un nivel de actividad normal y se observa un gran número de anaqueles vacíos, Cipriana Ramos advierte que «desde hace mucho tiempo, el comercio, en general, no tiene inventarios, lo que hay que es una rotación permanente de mercancía que va a depender de la capacidad compra del venezolano que, sabemos, es limitada». La dirigente apunta que los flujos comerciales de las empresas se parecen a los de las familias; se va comprando en la medida en que se requiere, porque no hay músculo financiero para acumular mercancía. «No hay inventarios, porque aún cuando la Sundde no ha actuado tan intensamente como en otros tiempos, no sabemos, según la norma que esta institución aplica, si tener productos es acaparamiento o es inventario, por lo que es un riesgo tener existencias. Lo segundo es que no tenemos un músculo financiero que nos permita tener una mercancía en almacén. Tercero, la producción y la importación no son lo suficientemente grandes como para tener un inventario», precisa. Ramos señala que la imposición del petro como medio de pago, aunque no afecta a todo el comercio, por ahora, es un síntoma grave, porque el sector ha venido perdiendo empresas. «El problema es que el petro no permite operar, salvo para pagar impuestos -aunque la plataforma del Seniat aún no está lista, aunque se espera que lo esté pronto- y otros gastos puntuales. Nadie puede importar con petros, por ejemplo».
Definitivamente, afirma que «esta situación quiebra cualquier posibilidad de tener confianza en la utilización del petro. La dirigente gremial, en declaraciones a Banca y Negocios, señala que la red de más de 7.000 comercios que aceptó pagos en petros está severamente afectada, porque no recibe pagos desde que el sistema de Biopago del Banco de Venezuela entró en mantenimiento, luego que, al principio, las liquidaciones se hacían en bolívares y a las 24 horas del consumo. «Hay que que preguntarse cuál era el tipo de cambio cuando el banco dejó de liquidar los consumos y cuál será el de este lunes, cuando, se dice, se reactivará la plataforma. El comerciante va a tener que asumir una fuerte pérdida cambiaria«, indica Ramos, quien además hace hincapié en las dificultades de cambiar el criptoactivo gubernamental en bolívares. «Esto es muy simple; cuando el comerciante recibía bolívares, se volteaba y pagaba a sus proveedores, compraba dólares para traer productos e insumos, pagaba sus servicios y sus impuestos. Cuando dejan de pagar, tiene que dejar de cancelar todo eso, porque se queda sin liquidez. El comercio no tiene capacidad para financiar este desface, porque las ventas han caído fuertemente, como todos saben, y por lo tanto sus flujos de caja son críticos«, explica la ex titular del gremio de comercio y servicios. Y advierte que, en función del tamaño de la existencia de productos que los comercios que aceptaron petros comprometieron, es posible que «no puedan recuperarse, porque no tienen cómo reponer mercancía«. Sin inventarios Ante la evidencia empírica de que el comercio no ha comenzado el año con un nivel de actividad normal y se observa un gran número de anaqueles vacíos, Cipriana Ramos advierte que «desde hace mucho tiempo, el comercio, en general, no tiene inventarios, lo que hay que es una rotación permanente de mercancía que va a depender de la capacidad compra del venezolano que, sabemos, es limitada». La dirigente apunta que los flujos comerciales de las empresas se parecen a los de las familias; se va comprando en la medida en que se requiere, porque no hay músculo financiero para acumular mercancía. «No hay inventarios, porque aún cuando la Sundde no ha actuado tan intensamente como en otros tiempos, no sabemos, según la norma que esta institución aplica, si tener productos es acaparamiento o es inventario, por lo que es un riesgo tener existencias. Lo segundo es que no tenemos un músculo financiero que nos permita tener una mercancía en almacén. Tercero, la producción y la importación no son lo suficientemente grandes como para tener un inventario», precisa. Ramos señala que la imposición del petro como medio de pago, aunque no afecta a todo el comercio, por ahora, es un síntoma grave, porque el sector ha venido perdiendo empresas. «El problema es que el petro no permite operar, salvo para pagar impuestos -aunque la plataforma del Seniat aún no está lista, aunque se espera que lo esté pronto- y otros gastos puntuales. Nadie puede importar con petros, por ejemplo».
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