Las actividades económicas de algunos particulares se adecuarán al margen máximo de ganancias de 30%, esto también se aplica para personas naturales.
Banca y Negocios
Una parte de los ciudadanos de a pie no están eximidos de los nuevos controles establecidos por la Ley Orgánica de Precios Justos que fue promulgada la semana pasada. El articulado del nuevo instrumento legal incluye en el objeto de su regulación a las personas naturales al lado de las jurídicas entre quienes serán regulados por la normativa, según se indica en su artículo segundo al mencionar a “personas naturales y jurídicas, de derecho público o privado, nacionales o extranjeras”, entre las que quedan sujetas a su aplicación.
Sin embargo, hay que destacar que no en todos los casos sería aplicable esta condición, debido a que el mismo artículo aclara que “se exceptúan aquellas que por la naturaleza propia de la actividad que ejerzan se rijan por normativa legal especial”. Este inciso permite inferir que los gremios profesionales seguirán determinados por las respectivas leyes que los rigen.
Tal y como indicó la Superintendente para la Defensa de los Derechos Socio Económicos, Andreína Tarazón, los comerciantes no deben esperar por la publicación de las providencias correspondientes para ajustar sus márgenes de ganancias al máximo porcentaje permitido de 30%.
Sin embargo, no aclaró si será el caso también de las personas naturales incluidas en el texto jurídico, y si deberán ajustar de inmediato los márgenes de ganancia de los bienes que comercialicen y los servicios que presten, de acuerdo con sus estructuras de costos.
Tal y como se ha mencionado anteriormente, las operaciones a través de portales de comercio electrónico también están incluidas dentro del alcance de la nueva Ley, generando un nuevo mercado legal para las transacciones entre particulares por medio de la red.
Se ha señalado que ante la limitación al porcentaje máximo de ganancias, un factor diferenciador entre las actividades económicas lo constituirá el ritmo en que se produzca la rotación de los inventarios. Sin embargo, persisten las dudas sobre las posibilidades de incrementar la producción interna para atender problemas como la escasez y el desabastecimiento, o al menos atenuar la elevada inflación que alcanzó más de 56% al cierre del año pasado.
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