El metal precioso descendió hasta el nivel más bajo desde el 2 de enero. Entre diciembre de 2012 y junio de este año el Banco Central de Venezuela tuvo que ajustar a la baja el valor de las barras doradas que forman parte de las reservas desde 1.686 dólares por onza troy hasta 1.290 dólares por onza.
VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
Entre 2001 y 2012 el precio del oro ganó brillo de manera constante y acumuló un salto sin precedentes de 516%, pero la tendencia dio un giro que amenaza con continuar impactando a Venezuela porque 73% de sus reservas internacionales, es decir, del dinero para cancelar importaciones y deuda externa, está colocado en barras doradas.
El oro al contado cayó hasta 1.216 dólares la onza, el nivel más bajo desde el 2 de enero, en un entorno en el que descienden las compras de China y los inversionistas esperan que la Reserva Federal incremente las tasas de interés y reduzca la inyección de liquidez que impulsa la demanda por los lingotes.
Para valorar las barras de oro que forman parte de las reservas el Banco Central utiliza el promedio móvil de los seis últimos meses del mercado matutino en Londres y si el brillo del metal continúa apagándose las reservas seguirán debilitándose.
Entre diciembre de 2012 y junio de este año el Banco Central de Venezuela tuvo que ajustar a la baja el valor de las barras doradas que forman parte de las reservas desde 1.686 dólares por onza troy hasta 1.290 dólares por onza.
El informe del Banco Central que refleja las cuentas al cierre del primer semestre de este año, difundido el pasado 7 de agosto, indica que el oro que forma parte de las reservas tiene un valor de 15 mil 240 millones de dólares, cifra que representa una caída de 24% respecto a los 19 mil 986 millones de diciembre de 2012.
Las perspectivas no son buenas. La consultora GFMS de Thomson Reuters publicó un estudio donde proyecta que "los precios del oro tocarían fondo y operarían entre 1.170 y 1.200 dólares el próximo año ante la recuperación de la economía de Estados Unidos y la menor preocupación de los inversionistas por las presiones inflacionarias".
Si la principal economía del mundo ingresa en un período de expansión el precio de las acciones aumenta y los inversionistas disminuyen el oro en sus portafolios para colocar más dinero en la bolsa.
La elevada proporción que tiene el oro en las reservas venezolanas no obedece a un incremento de la cantidad de barras doradas, continúan siendo 11,8 millones de onzas troy como en el primer semestre de 2007, pero ganaron importancia porque los dólares en efectivo que formaban parte de las reservas se redujeron a niveles ínfimos.
En los últimos ocho años el Banco Central ha transferido al Fonden, un fondo con el que el Gobierno cubre gasto e inversiones, 47 mil millones de dólares, una transfusión que desplomó el monto de las reservas en efectivo a menos de 2 mil millones de dólares porque el ingreso de divisas no pudo compensar los egresos.
Este bajo monto de las reservas líquidas se traduce en poca disponibilidad para aumentar la entrega de dólares al sector privado porque el BCV prácticamente solo cuenta con el flujo que ingresa diariamente al tanque.
Deuda a la baja
Los inversionistas continuaron disminuyendo la cantidad de bonos venezolanos en sus portafolios en medio de la desconfianza que crea el bajo nivel de las reservas líquidas, la rebaja en la calificación que hizo Standard & Poor's y la ausencia de medidas para enfrentar los desequilibrios de la economía.
Los bonos emitidos por la República registraron un descenso de 1,70 puntos en promedio y los de Pdvsa de 1,20 puntos.
vsalmeron@eluniversal.com
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