Los esfuerzos del gobierno de Nicolás Maduro para priorizar el crecimiento de las entidades públicas comienzan a revelarse, según el último informe Financial Services Intelligence Series de BNamericas.
Banca y NegociosEl Estado recurre cada vez más a sus propios bancos para la gran cantidad de fondos que maneja, lo que se traduce en mayor liquidez para los bancos públicos a expensas de las entidades del sector privado, dijo a BNamericas Asdrúbal Oliveros, socio director de la consultora Ecoanalítica en Caracas.
Además, los pagos a proveedores de PDVSA y otras empresas gubernamentales se realizan por medio de los estatales Banco de Venezuela o Banco del Bicentenario, lo que obliga a muchos contratistas a abrir cuentas con estos bancos, señaló a BNamericas Otto Rivero, titular de la calificadora Clave en Caracas.
Otro factor que ha concentrado la liquidez en la banca pública es el requisito gubernamental de que las empresas que buscan participar en los mecanismos de divisas Sicad I y el ahora extinto Sicad II lo hagan solo mediante entidades públicas.
A fines del 2008 las entidades estatales representaban aproximadamente el 13% de los depósitos de la banca universal y comercial, pero en noviembre del año pasado dicha proporción había crecido a 33,3%, señaló César Aristimuño, presidente de la consultora Aristimuño Herrera & Asociados y director del portal Banca & Negocios
Mientras tanto, los créditos de los bancos públicos como porcentaje de las colocaciones de la banca universal y comercial se elevaron de 5,2% a 30,8% en el mismo período.
Más del 80% de los depósitos de organismos gubernamentales y de empresas estatales como la petrolera PDVSA está ahora en bancos públicos.
RIESGO PARA BANCOS PRIVADOS
El exceso de liquidez, junto con los rígidos controles cambiarios desde el 2003, motivó un fuerte aumento de los depósitos y los préstamos en la última década, al tiempo que permitió a los bancos alcanzar elevados niveles de rentabilidad.
Si bien los bancos del sector privado continuaron registrando rentabilidad en términos nominales en el 2014, el crecimiento fue menor que el de los bancos estatales.
Por su parte, el crecimiento de la liquidez se desacelerará en los próximos años si Venezuela pretende quebrar la actual espiral inflacionaria.
“Si bien las captaciones están dirigiéndose a las entidades públicas, la banca privada ha podido reemplazar eso, por el momento, con los volúmenes de liquidez que está circulando por el país”, indicó César Aristimuño.
“El riesgo para la banca es que (…) si a mediano plazo se avanza hacia una disminución de los niveles de liquidez, el impacto sería alto”, agregó.
Esa enorme liquidez concentrada en la banca pública encareció sustancialmente el fondeo de los bancos privados entre septiembre y noviembre del año pasado, cuando la tasa de interés a un día en el mercado overnight (financiamiento entre bancos) saltó a 19% desde el 0,5% registrado en el primer trimestre. El estacional incremento de la liquidez de diciembre redujo este costo, al menos temporalmente, puntualizó César Aristimuño.
La presión sobre los bancos privados llega en momentos en que los riesgos de la banca en general están subiendo.
La demanda de crédito probablemente caerá y los niveles de morosidad aumentarán debido a la drástica contracción del PIB que se proyecta para este año, mientras que la amenaza de default del gobierno constituye también una importante preocupación ya que los bancos de Venezuela están altamente expuestos a títulos públicos.
A esto podemos sumar la expectativa de fuerte devaluación del bolívar, que resultaría especialmente perjudicial para los bancos de capitales extranjeros.
No obstante, es de precisar que “la banca venezolana ha aprendido de las crisis de 2009/2010 y, sobre todo, de la de 1994 y hoy es mucho más conservadora desde el punto de vista del riesgo”, dice César Aristimuño. “Por cada bolívar en mora, la banca tiene provisionados 6 bolívares, al cierre del año pasado, lo que le da holgura para enfrentar cualquier Incapacidad de pago que puedan tener sus deudores”.
Y esto ha venido acompañado por un continuo nivel de formación de los equipos de negocios de la banca, en el análisis de riesgo crediticio. Lo que ha dado mayor profesionalidad y calidad en los análisis de créditos, herramienta fundamental para buscar minimizar el impacto de la mora en la cartera de créditos de la banca, afirma Aristimuño.
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