Los niveles de inflación reflejan, además de una gran distorsión, niveles antes vistos en la historia económica venezolana. Esta situación hace que en el país ahora se compren menos productos con la moneda más fuerte del mundo. De acuerdo al director de Econométrica, Angel García Banchs, el “dólar barato se acabó”.
Ahiana Figueroa / @ahianaf / El Estímulo
El precio del dólar en la economía venezolana registra un menor crecimiento que el alza exponencial de la tasa de inflación, esto ha generado que la divisa al igual que el salario, haya perdido capacidad de compra, afirma el director de la consultora Econométrica, Angel García Banchs.
De acuerdo a los cálculos, el aumento interanual del dólar en el mercado paralelo pasó de 900% en 2015 a 44% en 2016, lo que refleja una cierta estabilidad de la divisa. Mientras que los precios de los bienes reflejan un incremento de 546% durante este año.
“El Indice Nacional de Precios al Consumidor es 147 veces mayor que en enero de 2005″. Destaca que esta situación ha hecho que en el país se compren hoy en día, menos productos con la misma cantidad de dólares de hace un año e indica que la divisa ha perdido 23% de su valor.
“El dólar en Venezuela perdió poder de compra. Se acabó la ficción de que con 100 dólares al mes podía vivir una familia de clase media en el país” indicó en el foro ¿Ya lo peor pasó?, organizado por Econométrica.
Durante su ponencia ¿A dónde va el dólar paralelo y el modelo petropopulista?, García Banchs señaló que la divisa en este mercado también disminuirá debido a que la velocidad de la circulación del dinero en bolívares aumentará y la demanda de créditos bancarios caerá. “Aunque no se ejecute la unificación cambiaria o legalicen el mercado paralelo, el precio del dólar bajará”.
No obstante, considera que mientras más tiempo pase para poner en marcha la unificación, el precio del dólar en este esquema será mayor.
Explica el economista que a pesar del aumento significativo de la inflación, aún Venezuela no alcanza un proceso hiperinflacionario, ya que los salarios no suben al mismo ritmo que los precios de los bienes, por lo que “se enfrían los inventarios y las ventas”.
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