Las sanciones activadas este martes por Estados Unidos en contra de la estatal petrolera Rosneft no solo golpean las disminuidas y complejas ventas de crudo venezolano en mercados internacionales, también generarán un duro traspiés a las importaciones de gasolina, destinadas a un país donde los conductores hacen colas, de horas o días, para surtir sus vehículos de combustible. A excepción de los de la Gran Caracas que reciben trato preferencial desde Miraflores.
Rosneft ha sido hasta ahora el principal suplidor de combustible del régimen de Nicolás Maduro, para ello ha contravenido públicamente las sanciones de Estados Unidos por afinidad política con el gobierno chavista de Venezuela. Su fidelidad también obedece a los importantes activos que posee en el país con las mayores reservas de petróleo del planeta.
Ahora tiene una razón adicional: la flexibilidad obtenida en nuevos contratos petroleros y gasíferos suscritos el año pasado con Maduro.
El apoyo de Rosnetf a Maduro
Mientras otras empresas petroleras de calado internacional abandonaron sus operaciones en Venezuela y vendieron sus participaciones en las Empresas Mixtas con Pdvsa, la rusa ganó espacios y dio apoyo financiero a Pdvsa. Rosneft no ha dado puntada sin dedal y hoy se posiciona como un gran aliado del régimen chavista de Maduro.
Maduro conoce perfectamente esta realidad. Y es tan así, que esta nueva “afrenta” a la revolución bolivariana fue incluida en la demanda incoada por el madurismo ante la Corte Penal Internacional en la Haya.
Sus aliados políticos también saltaron a la palestra para deplorar la medida de Trump. Entre ellos, China, Turquía y Cuba. Esta última con especial preocupación, pues dejaría de recibir el combustible que Maduro continúa suministrándole, pese a la grave escasez de gasolina en Venezuela.
En jaque viabilidad del país
El freno al ingreso de derivados del petróleo a Venezuela a cargo de Rosneft pone en jaque la viabilidad del país entero, dijo un empresario que por temor a represalias no quiso ser identificado.
“La severa escasez de combustible que cada día aprieta más a los estados llaneros, andinos y fronterizos con Colombia y a los estados occidentales, a Bolívar y Amazonas, podría desencadenar un colapso total de la economía”, alertó.
La escasez de diésel también es parte de esta realidad que amenaza con empeorar.
Los agremiados pequeños productores del campo advierten, en conversaciones con El Estímulo, que las labores de las cosechas están en peligro.
“Estamos trabajando con severas dificultades, mientras, esperamos que las autoridades, tras innumerables censos, nos asignen nuestros cupos de diésel. Muchos de nosotros, por la desesperación, terminamos en manos de los especuladores del mercado negro que imprimen mayores costos a nuestra producción”, denunció un vocero.
Cifras sin precedentes
El socio director de Gas Energy Latin America, Antero Alvarado, revela sus cifras en medio de una terrible opacidad de estadísticas oficiales.
Sostiene que en el mercado interno se queman hoy, entre gasolina y diésel, tan solo 190.000 barriles por día (bpd), de los cuales 150.000 bpd corresponden a gasolina.
La producción de combustibles ha descendido en términos generales, de manera sistemática y constante. En 2016, último informe de gestión anual disponible de Pdvsa, el consumo de gasolina promedió 230.000 bpd y en 2013, año de alto consumo, unos 300.000 bpd. De diésel se consumió un promedio de 160.000 bpd, en 2016. Mientras que en 2013 se demandaron en promedio 249.000 bpd.
Rosneft el gran aliado
Vehículos venezolanos siguen circulando gracias a Rosneft
Aunque la firma controlada por Moscú ha manejado la cruceta para el ingreso de gasolina a Venezuela, Pdvsa también compra carburante a España a través de Repsol, a la india Reliance y a la estatal china CNPC a través de acuerdos de trueque por su crudo pesado, dijo Argus en un reporte. Pero destacó que un funcionario del Ministerio de Petróleo aseveró que “Los vehículos venezolanos siguen circulando gracias a Rosneft».
El Financial Times indicó que a mediados de 2019 la petrolera rusa suministró la totalidad de las importaciones de gasolina de Venezuela, ya que otros proveedores se retiraron.
Ocho cargas de gasolina por un total de 1,7 millones de barriles organizados por Rosneft Trading, el brazo comercial de la compañía con sede en Ginebra, este martes sancionada por Trump, se cargaron en transferencias de barco a barco trasvasados en alta mar cerca de Malta, Gibraltar y Aruba, según los documentos vistos por El Financial Times.
Los destinos desde donde llegan los cargamentos de combustible son disimiles y el gobierno venezolano, para evadir sanciones prefiere no mencionar. Se estima que Italia, Turquía y Rusia son parte de los proveedores.
Sistema refinador en chatarras
La crisis de gasolina se profundizará. Desempolvar un sistema refinador local prácticamente paralizado por falta de inversiones y mantenimiento, luce en extremo cuesta arriba. Incluso, si se quisiera recuperar al menos una de ellas, no habría recursos. Pdvsa no tiene músculo financiero para eso y para nada, indico una fuente del sector privado no autorizada a declarar.
Venezuela, en los últimos años, ha venido dependiendo de las importaciones de combustibles. “Las refinerías son hoy un enorme montón de chatarras, con producción casi en cero”, ha dicho el sindicalista del sector, Iván Freites.
El gremialista venía advirtiendo, desde hace varios años, que se avecinaba un colapso del sistema refinador. Sin embargo, fue acusado de desestabilizador por el gobierno madurista, que ahora no puede garantizar el abastecimiento pleno de combustibles en el país.
La situación tomó mayor vuelo cuando en 2012, por falta de mantenimiento e inversiones, se produjo una explosión en la refinería de Amuay en el Complejo Refinador Paraguaná, en el estado Falcón, dejando un centenar de muertos y heridos. La refinería comenzó, en ese momento, una definitiva caída libre, sostuvo Freites.
Gasolineros a la espera
Un concesionario de una estación de servicio en Caracas aseguró a este portal que de no haber un plan B por parte del Ejecutivo Nacional, la crisis de combustible podría terminar de arropar a la zona metropolitana, siempre protegida. Pero declinó a dar opinión sobre lo qué ocurriría en el interior del país, donde la crisis es ya estructural.
“Creemos que el gobierno, como en otras ocasiones, terminará por resolver el tema de abastecimiento, para llegar al menos a los actuales niveles de consumo, que han ido mermando cada año y que observamos ahora disminuye cada tres o cuatro meses”, indicó el empresario.
El sector de las gasolineras estima que no es bueno adelantar escenarios para no generar psicosis en los consumidores.
“Estamos en un momento complejo y delicado, no debemos adelantarnos a escenarios. Esperamos superar esta mala noticia, aunque también sabemos que en menores volúmenes hay otros destinos desde donde llega combustible al país”, finalizó.
Fedecámaras: la escasez de gasolina es culpa de Maduro
El presidente de Fedecámaras, Ricardo Cussano, indicó a El Estímulo que la medida sancionatoria es contra Rosneft, no contra el pueblo venezolano. Y que la aguda escasez de combustible es mera responsabilidad del gobierno de Nicolás Maduro.
El sector empresarial recuerda que Venezuela no solo tiene las mayores reservas del petróleo del planeta, sino que además uno de los más grandes sistemas refinadores del mundo.
Venezuela, dice Cussano, debería estar inmersa en el concurso internacional de país desarrollados donde podrían convivir Rosneft, Chevron, y todas las empresas que estén dispuestas a trabajar en el país, pero bajo normas de respeto a las leyes, acompañadas de un modelo de libre mercado. “Todas serían bienvenidas”.
Para el alto dirigente, las sanciones contra Venezuela no son las responsables de la debacle del país. Cussano recuerda que la contracción del aparato productivo es de larga data, y que los responsables han estado por 21 años mal dirigiendo al país.
Recodó además que no es solo el combustible un problema de envergadura para la economía de Venezuela y su aparato productivo destruido. También lo son, señala, el pésimo servicio de la electricidad, el agua, la salud, la educación, la violación a las reglas del juego y un larguísimo etcétera.
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